domingo, 1 de agosto de 2010

Disparadores fílmicos 1.

Body of lies. Red de mentiras. Di Caprio. Crowe. Ridley Scott. Agentes de la CIA combatiendo a redes terroristas, donde a pesar de la visión americana que puede tener el film, a medida que avanzamos comenzamos a perder de foco quienes son los buenos y quienes los malos.
Pero el punto de análisis que pretendemos realizar no es quien tiene razón en las historias de medio oriente, sino en como el sistema se desarrolla y se va cobrando víctimas sin inmutarse.
Para que haya un bueno tiene que existir un malo. En los primeros instantes el bueno es muy bueno y el malo es muy malo. A medida que avanza la historia, tanto en el film como en la vida real, los extremos dejan de ser claros.
En ambos bandos, observamos a líderes que creen ser la encarnación del sistema, arrogándose la encarnación de los fines que permitirán una sociedad más justa, conforme a sus creencias, no dudando en el camino de sacrificar los peones y alfiles que sean necesarios.
En el film que dan lugar a estas líneas observamos como burócratas de Washington, con todas las características del pollerudo, van tomando decisiones de vital importancia sin importar las consecuencias de sus peones y alfiles, hasta el punto de dejarlos librados al azar cuando sus “fines patrióticos” lo necesitan, entendiendo que en nueva partida obtendrá nuevos reemplazos para sus pérdida.
También se adjudicarán la visión de circunstancias que sus súbditos “enceguecidos” no pueden percibir y adoptarán decisiones que nunca ejecutarían personalmente, en virtud de que su inestimable capacidad para defender a “su sistema” se pueden dar el lujo de perder.-
Como corolario, debemos reflexionar, a lo largo de la historia cuantos peones y alfiles han sido sacrificados en aras de objetivos supraterrenales, dirigidos por profetas bendecidos por conexiones celestiales, que han sido en vanos. Si el sistema te empieza a utilizar no creas que los modificar, parafraseando al personaje de NIcolas Cage en el film 8mm, cuando bailas con el diablo el que cambia sos vos, no el diablo.-

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