viernes, 30 de julio de 2010

Balance


Día lluvioso. Fin de mes. Viernes por la tarde. El último tramo del año se avecina, y las cartas empiezan a marcar nuestro destino, que no darán lugar a revanchas para el balance final. Sumamos, la presión de que el próximo año será electoral en la Argentina, con todo lo que ello conlleva que producirá una parálisis económico e una incertidumbre que se empezará a develar recién a comiendo del 2012.
Por lo dicho, habiendo atravezando la primera parte del año, turbulenta y confusa, nos encontramos ante la contienda de jugar fuertemente, en virtud de que será la base para arribar hasta el 2012.
Tendremos que analizar, no solamente las cuestiones internas, sino también las internacionales, que en este mundo globalizado no dejan de incomodarnos, sometiéndose por los vaivenes bursátiles, inmobilirios o hipotecarios de lugares inexistentes en nuestras retinas.-
Sin perjuicio de lo expuesto, debemos ser optimistas por que la Argentina y Latinoamérica brindará un cúmulo de oportunidades, como lo han aprovechado las compañías del viejo continente radicadas por estas latitudes.-
Lo único que deberemos cambiar, sobre todo las clases dirigentes, es nuestro pesimismo crónico y ponernos a trabajar para dar el ejemplo a las clases que la vida los ha puesto en situaciones más que extremas. No dejemos que la sociedad de consumo, que construye humanos constantemente insatisfechos por definición no nos deje trabajar por un futuro mejor.-

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