Los
terapeutas de la cultura suelen decirnos que el cambio tecnológico genera dos
patologías opuestas. Una es la tecnofilia de esos que viven pendiente de “lo
último” y suelen naufragar en las neurosis cada vez que descubren que atraso es
inevitable. La otra es la tecnofobia de aquellos que están emocionalmente
bloqueados para aceptar lo nuevo.-
Tecnofilia y
tecnofobia son las neurosis tecnológicas más comunes, pero son curables. No
ocurre lo mismo con la tecnoclastía y la tecnolatría, que son verdaderas
psicosis posindustriales. Entre quienes las padecen están esos que sueñan con
destruir las máquinas y aquellos otros que desearían ponerlas en un altar.-
Los “tecnoclastas”
del tipo Unabomber no son tan escasos como se cree. No se dedican a rompen
máquina, pero las sabotean, como esos hackers que preocupan a empresas y
gobiernos.-
Su
contrapartida es la “tecnolatría”. Se proclaman “transhumanistas” y esperan la
llegada de una “singularidad” tecnológica, a partir de la cual podremos
abandonar definitivamente el mundo biológico para integrarnos a máquinas y
sistemas.-
Párrafo extraido de la página 64 de "Maquinaciones. El otro lado de la tecnología", de Pablo Capanna, Editorial Paidos.
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