Marx y la religión del consumo.-
En los tiempos que corren, nada más con leer a escritores de nuestros tiempos como Zygmunt Bauman y Daniel Bensaïd, arribamos a la conclusión de que el nuevo Dios se ha encarnado en el consumo.-
Y dicho consumo, que nos mantiene en una insatisfacción constante, nos adormece, nos hace perder el eje del verdadero interés que debe tener una sociedad, que es el de vivir una vida digna.
Marx sostenía que la religión era el opio de los pueblos, en virtud de que una vida mejor nos espera después de la muerte y nos adormecía en nuestras vidas físicas.-
Los tiempos pasaron, la gente fue entendiendo que el culto a un Dios tenía muchos baches de credulidad. Los financistas y mercados de turno entendieron que su mejor gerente no estaba llegando a sus feligreses y lo despidieron como corresponde, con un método que encima les hacía ganar dinero, "el consumo".-
El nuevo Dios pagano, a través de sus distintos profetas como el marketing, la publicidad, entre otros, tratan de hacernos creer que se puede comprar un mundo alejándonos del objetivo simple de ser buenas personas, más allá de lo que tenemos.-
En síntesis, no nos dejemos llevar por el día a día del consumismo, por "la vida líquida", que tan bién nos explica Bauman, y tratemos de vivir lo más cercanos a nuestros sentimientos no contaminados por la cultura imperante, redescubriendo los pequeños hitos, que tenderán a llevarnos a transcurrir una vida más digna.-
En los tiempos que corren, nada más con leer a escritores de nuestros tiempos como Zygmunt Bauman y Daniel Bensaïd, arribamos a la conclusión de que el nuevo Dios se ha encarnado en el consumo.-
Y dicho consumo, que nos mantiene en una insatisfacción constante, nos adormece, nos hace perder el eje del verdadero interés que debe tener una sociedad, que es el de vivir una vida digna.
Marx sostenía que la religión era el opio de los pueblos, en virtud de que una vida mejor nos espera después de la muerte y nos adormecía en nuestras vidas físicas.-
Los tiempos pasaron, la gente fue entendiendo que el culto a un Dios tenía muchos baches de credulidad. Los financistas y mercados de turno entendieron que su mejor gerente no estaba llegando a sus feligreses y lo despidieron como corresponde, con un método que encima les hacía ganar dinero, "el consumo".-
El nuevo Dios pagano, a través de sus distintos profetas como el marketing, la publicidad, entre otros, tratan de hacernos creer que se puede comprar un mundo alejándonos del objetivo simple de ser buenas personas, más allá de lo que tenemos.-
En síntesis, no nos dejemos llevar por el día a día del consumismo, por "la vida líquida", que tan bién nos explica Bauman, y tratemos de vivir lo más cercanos a nuestros sentimientos no contaminados por la cultura imperante, redescubriendo los pequeños hitos, que tenderán a llevarnos a transcurrir una vida más digna.-
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