A medida que uno avanza en la vida laboral, empieza a comprender las actitudes de los distintos actores. Lo que más me llama la atención, es la mediocridad general que tienen los profesionales en nuestros tiempos. Cuando nos referimos de profesionales incluímos médicos, abogados, contadores, diseñadores o todo aquél que brinda un servicio rentado.
Lo más paradójico, es que cuando se entabla diálogo con ellos hacen gala de una sabiduría y un ejercicio de su profesión como si nos encontráramos ante el Roger Federer de la actividad, lo que nos convence a contratarlos. Entiendo que no nos mienten cuando describen como encararán la situación que uno les plantea, con la maestría que ejecutarán sus ideas y la pulcritud y puntualidad con la que actuarán. Pero….
En el desenvolvimiento de las tareas que se le encargan empiezan a ser atrapados por la telaraña de la vida diaria, empiezan a utilizar excusas archiconocidas por quienes somos habitúes de contratar el servicio que nos vende.
La pregunta que se impone, que es lo que hace devaluar el servicio que nos prometes y están convencidos que nos pueden dar y el que realmente entregan?.
Sin lugar a dudas, los profesionales terminan siendo devorados por el día a día, fundamentado principalmente en una mala organización de sus actividades, que lo llevan a reuniones interminables, falta de concentración en su trabajo, y demás problemas.
Parafraseando a Napoléon, adquiere los servicios de un profesional por lo que vale y trata de venderlo por lo que él dice que vale y te harás millonario
Lo más paradójico, es que cuando se entabla diálogo con ellos hacen gala de una sabiduría y un ejercicio de su profesión como si nos encontráramos ante el Roger Federer de la actividad, lo que nos convence a contratarlos. Entiendo que no nos mienten cuando describen como encararán la situación que uno les plantea, con la maestría que ejecutarán sus ideas y la pulcritud y puntualidad con la que actuarán. Pero….
En el desenvolvimiento de las tareas que se le encargan empiezan a ser atrapados por la telaraña de la vida diaria, empiezan a utilizar excusas archiconocidas por quienes somos habitúes de contratar el servicio que nos vende.
La pregunta que se impone, que es lo que hace devaluar el servicio que nos prometes y están convencidos que nos pueden dar y el que realmente entregan?.
Sin lugar a dudas, los profesionales terminan siendo devorados por el día a día, fundamentado principalmente en una mala organización de sus actividades, que lo llevan a reuniones interminables, falta de concentración en su trabajo, y demás problemas.
Parafraseando a Napoléon, adquiere los servicios de un profesional por lo que vale y trata de venderlo por lo que él dice que vale y te harás millonario
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