La Argentina
es un país extraño. Probablemente la primera frase no le causará ninguna
inquietud para continuar seguir leyendo estas líneas. Pero la idea de la
extrañez argentina es vivida por cada generación de ciudadanos como si fuera
única e irrepetible.-
Un país que
estuvo beneficiado en los últimos años por la bendición divina (teoría de los
creyentes) del valor de sus productos agropecuarios, insiste en perder una
nueva posibilidad de crecimiento sostenido por luchas internas, nuevos cierres
de la economía injustificados y sin planificación, entre otras situaciones
paradójicas.-
Cuando la
incertidumbre no la crea la economía internacional, la sostiene el año
electoral, o medidas económicas extremas
o conflictos varios.
Dejo
aclarado que los tópicos expuestos en los párrafos precedentes no incluyen
exclusivamente a miembros del partido gobernante, sino a la mayoría de los
ciudadanos que habitan nuestro suelo, ni tampoco son males de la actualidad
sino causas hereditarias que no se puede descubrir, a pesar de los avances
científicos, que virus extraños la producen.-
Lo único
cierto es que la Argentina va desperdiciando distintas generaciones de
ciudadanos a los que va expulsando, a otras tierras, a la mediocridad, a la
pobreza, a la marginalidad, y no entendemos que no podemos seguir dándonos esos
lujos.-